RAMEN: La sopa de fideos más famosa del mundo.

      Las distancias se han acortado, las fronteras se han difuminado y el intercambio cultural ha transformado todos los aspectos de nuestra vida. Hoy nuestra consciencia del mundo va más allá de lo que podemos percibir a simple vista, y nos da la oportunidad de apropiarnos de costumbres que no corresponden a nuestro entorno cultural inmediato. En ese sentido, el ramen se ha convertido en una carta de presentación del Japón moderno.

Uno de los aspectos que más se ha enriquecido de esta globalización ha sido la de nuestra alimentación. Ahora nuestras dietas se han potenciado con nutrientes y fuentes de energía diferentes que vienen de otras partes del mundo, haciéndola más completa.

Uno de los factores fundamentales para que ocurra este extraordinario proceso evolutivo son el olfato y el gusto, que han moldeado nuestra afición por la comida, trascendiendo de lo alimentario a lo gastronómico; al arte de cocinar y de comer.

Estamos en la mejor época de la historia para disfrutar de este arte, desde las familias gastronómicas endémicas que están al alcance, hasta familias que vienen del otro lado del mundo y que se encuentran disponibles para enriquecer el paladar y hacer más placentera la experiencia vital.

Nunca como hoy, la variedad y la inmediatez que ha traído la industrialización han puesto una cantidad de alimentos sobre nuestra mesa.

Vivimos la era dorada de la comida, que nos ha llevado al reto de darle sabor a esas cantidades extraordinarias de alimentos que hay que producir para nutrir a la inimaginable cantidad de personas que habitamos este planeta.

En este complejo mosaico de platillos que han moldeado el mundo moderno, existe uno que ha logrado crear la increíble fusión entre el mundo tecnificado e industrial con el mundo artesanal de prácticas milenarias. Ha sido capaz de romper las fronteras y conquistar los paladares de todo el mundo: el Ramen.

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La penetración de la comida japonesa a nivel masivo y mundial es reciente. No es hasta terminada la Segunda Guerra Mundial que su popularidad empieza a salir de las fronteras de la isla.

Hoy en día, los grandes protagonistas de esta revolución en occidente son el sushi, el tempura y el teriyaki, sin embargo el Japón de hoy ha creado una cultura en torno a los llamados “platillos gourmet de segunda clase” que reflejan la identidad de la gastronomía japonesa.

Este olimpo culinario es representado por cuatro platillos que son los pilares del Japón moderno, caracterizado por el trabajo duro y la industrialización, en este panteón se encuentran: El arroz con curry, los tazones de arroz “donburis”, los almuerzos japoneses llamados “bento” y el Ramen.

Pero ¿qué es el Ramen?

Una descripción simple sería: Es un tazón de fideos kansui de harina de trigo con un caldo base y una salsa, acompañados de diferentes toppings que comúnmente son la carne de cerdo Chashiu, los brotes de bambú, las algas nori, las algas wakame, los granos de elote, la carne molida llamada Misoyaki, el huevo cocido y el naruto o kamaboko que es el pastel de pasta de pescado, entre muchas otras opciones y gustos.

 Lo cierto es que el Ramen es un símbolo del Japón contemporáneo y se ha expandido en los últimos 30 años por todo el mundo, adquiriendo adeptos y seguidores que se cuentan por millones, no sólo en el país asiático, también alrededor del mundo.

Hoy por hoy el Ramen es considerado un Kokuminshoku, es decir una comida nacional, el cual se convirtió en el alimento insignia para los empleados de las oficinas en las corporaciones de las grandes ciudades. Una comida humilde que vino del extranjero, se popularizó en todos los estratos sociales del naciente país y se transformó hasta tomar una identidad propia que lo convirtió en un platillo local.

Existe una versión histórica romantizada del origen del Ramen, que plantea su nacimiento hacia el año de 1660, y que designa a Mitsukuni Tokugawa, un legendario señor feudal, en ser el primero en comer ramen.

La importancia de Tokugawa en la historia de Japón es relevante ya que se le adjudican diversas transformaciones sociales, culturales y políticas que moldearon el estado moderno y es mejor recordado por comenzar el proyecto de la creación de la “Gran Historia de Japón” Dai Nihon Shi, la épica literaria que tomaría más de 250 años y 10 generaciones para registrar la historia nacional.

Incluso en ocasiones a Tokugawa se le representa con rasgos divinos y casi mágicos en las diferentes ilustraciones del periodo Edo, relevante en la historia del país por que coincide con una fuerte penetración de la cultura china.

Cuenta la leyenda que en el año de 1665 un refugiado chino de nombre Zhu Shun Shui fue el que le enseño a Mitsukuni la preparación de una sopa de fideos que sería la base de lo que hoy conocemos como Ramen.

Este señor feudal era fanático del Udon, fideos de pasta gruesa de trigo caracterizados por su blancura, que se servían en una sopa dashi, ligero caldo hecho a base de hojuelas de pescado, normalmente de bonito; y que era muy común durante el siglo XVII.

 Zhu junto con Mitsukuni crearon una sopa hecha de cinco elementos que sería la base primigenia del sabor japonés y el origen del umami.

El caldo se componía de hojuelas de bonito deshidratado llamado “dashi”, ajo, jengibre, cebollín y soya. Esos fueron los cinco ingredientes que acompañaron en  caldo a los fideos de trigo sarraceno conocido tradicionalmente como “soba” para crear la versión primigenia del Ramen, el “Shinsoba”.

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